El otro día, una señora en la calle llevaba zapatos verdes, cárdigan
verde, cartera verde, y aros colgantes verdes. Lejos de querer entrar en el juicio
de valor simplista me pregunté si ¿representaría ideales vegetarianos o sería
activista de Greenpeace? Claramente ninguna de esas alternativas se ajustaba al
caso.
Por estos tiempos la combinación exhaustiva de prendas y
accesorios está demodé. Pero si así y todo quisieran recurrir a la combineta de
colores procuren que al menos sean tonos exactamente iguales. Si algún
complemento está ‘en la gama de’, ya no se considera combinado sino más bien una
especie de degradé infinito rumbo al desastre.
Hace rato que la no-combinación está en boga. Por suerte, los
zapatos ya no tienen que ser iguales que las carteras, ni los blazer iguales
que los pantalones. Además está declarado el peligro de extinción de los twin
sets, y esperamos que ninguna asociación protectora del retro pretenda
reivindicarlos.
A continuación unos anti-ejemplos ilustrados. Y más abajo,
los des-combinados cool.
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La naranja mecánica. |
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Crema del cielo. |
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Botas + suéter + bolso = to much. |
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Divino todo, pero de a una cosa por vez! |
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Barbie look. |
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No entiendo como alguien armó este outfit. |
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En pasarela los permisos son más laxos. |
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Bolso crudo, acordonados azules: divine! |
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Zapatos blancos y sobre fucsia. |
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Sobre verde esmeralda y sandalias rojo carmesí. |
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Sobre suela y botinetas grises. |
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Clutch verde y zapatos beige. |
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