En nuestro país poseen una carga valorativa e histórica
jodida. Suelen vincularse a personalidades poco auténticas. Algunos
representantes políticos argentinos las usaron para embanderar su imagen, y en
ocasiones les sirvió. Lejos de convertirse en cábala, lo importante es que
dejaron de usarse en los '90!!
Sólo eso. Hay patillas y patillas, ante cualquier duda,
consulte con un especialista de estética.
Más abajo, cuatro pares de patillas que NO, y cuatro que SI:
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